Carbonia 25-06-2022
Mis amados hijos, es vuestra Madre Celestial quien os anuncia el inminente retorno de su Hijo Jesús a la Tierra.
Vuestra Madre Celestial está aquí en medio de vosotros y os trae la bendición de la Santísima Trinidad. Es vuestra Madre Celestial la que guarda vuestros corazones en su Corazón Inmaculado para que triunfen en el mío.
Mis amados hijos, qué hermoso es verlos reunidos aquí en oración, … ¡qué hermoso hijos míos, qué hermoso! Los ojos de Jesús brillan de amor por vosotros, Su Corazón palpita de amor por vosotros, … pronto serán recompensados por todo este sacrificio.
Mis amados hijos, oh vosotros que sólo buscáis al Altísimo, … oh vosotros que buscáis el retorno a la Casa del Padre y con todo vuestro amor deseáis volver a abrazar a vuestro Padre, a vuestro Dios Creador, en verdad, sabed que vuestro tiempo ha llegado, que pronto abandonaréis esta Tierra en esta situación de pecado y la reviviréis como un nuevo Paraíso, porque el Señor renovará todas las cosas, transformará todas las cosas en bien, las purificará y las entregará a sus hijos nueva, llena de sus delicias.
Mis amados hijos, … ¡cuánto os amo! ¡Cuánto os amo! ¡Si supieran cuánto os amo! … Si supieran cuánto os amo, tal vez vuestros corazones estallarían de alegría y ya no sabríais dónde poneros para rezar y dar gracias al Cielo por vuestra llamada aquí en esta Colina, en esta Obra que pronto será exaltada en todo el mundo, porque aquí, ahora, están para suceder los mayores milagros.
Dios mantiene sus Promesas, ¡no tengan temor que todo se olvide! Dios no olvida nada, las profecías que ha dado se cumplirán todas, las bellas serán aún más bellas y las feas se disiparán, porque se irán para siempre.
Os abrazo a Mí, os llevo conmigo, os presento al Altísimo hijos míos, ya desde ahora, desde este momento. Os espera con los brazos abiertos, no ve la hora de abrazaros a sí mismo y acunaros en su pecho, para donarse de sí mismo en todo su universo, … en su todo.
¡Adelante! Uno mis manos a las vuestras, os bendigo a todos los que estáis aquí presentes y a los que escucháis desde lejos este mensaje al que debéis prestar atención, guardado con fuerza en vuestros corazones. ¡Deléitense en la Palabra de Dios! ¡Deléitense en su Amor! …todo se ha cumplido, Dios pronto se manifestará al mundo.
Os bendigo de nuevo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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